En la luz de su mirada, un fulgor de tristeza se encuentra. Se cuela por el alma el dolor de su pérdida.
Sus lágrimas arrastran el dolor de su ausencia; y al final la cabeza se endereza para dar valor a la triste sensación.
Que ha de ser de tu brillo al sonreír, de esos detalles en tus ojos al mirarle. Amor mío recuerda que me tienes a mi y no podré quitarte el dolor; pero si drogarte con mi amor.
-Engel Dunkel.
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